Muchos estudiantes se han sentido alguna vez intimidados por el aprendizaje de la Matemática; sin embargo, Mario Edgardo Ayala, docente del Colegio Bautista Internacional Sonsonate, ha encontrado una estrategia exitosa y divertida para contrarrestar ese temor y que sus alumnos disfruten de la enseñanza numérica.
Muy pronto, Edith Guadalupe Molina Jovel entendió que la pandemia por COVID-19 no debía ser un obstáculo para continuar ejerciendo la docencia. Solo habían transcurrido unos días desde que se decretó la suspensión en clases, a causa del virus, cuando encontró nuevas maneras para continuar enseñando a sus estudiantes.
Ella imparte la materia de Ciencia, Salud y Medio Ambiente en el Complejo Educativo Cantón los Esperanza, en Jiquilisco, Usulután. Transcurrieron solo unos días desde que el Gobierno salvadoreño anunció la suspensión de clases presenciales (el pasado marzo), cuando la maestra Guadalupe se las ingenió para que sus estudiantes continuaran aprendiendo.
Para ella, “su gran preocupación” fue que sus estudiantes se quedaran sin recibir conocimiento. “No podíamos truncar el año escolar (…). Nos motivó el anhelo y el deseo que nuestros alumnos se superen, que sigan recibiendo todos los conocimientos que a ellos les van a servir. Muchas veces decimos ‘conocimiento para el futuro’ y, no, son conocimientos que les sirven ahora, pero también en un futuro”, explica la docente.
Al inicio de la emergencia, se encargaba de recorrer largar distancias en su motocicleta para llevar las guías a las casas de sus estudiantes de Tercer Ciclo y Bachillerato. Luego, pensó que lo mejor era grabar videos cortos explicando los temas; ahora, graba las teleclases, descarga las guías de trabajo y todo lo envía a sus estudiantes por medio de WhatsApp.
La maestra Guadalupe ya se ha capacitado en la plataforma de Google Classroom e instruye a sus alumnos sobre el uso de la misma. Ha encontrado en los obstáculos y limitantes el ingenio para no darse por vencida.
Ahora sonríe, al conocer que es una de las ganadoras de la convocatoria de Buenas Prácticas de Continuidad Educativa. Y, aunque asegura estar feliz con el reconocimiento, explica que es solo una motivación más para continuar buscando la mejor forma para que sus estudiantes sigan aprendiendo.
Más Historias