Los sueños suelen ser deseos idealizados, a veces convertidos en propósitos que aportan la fuerza de la motivación para alcanzar las metas, pero éstos no se hacen realidad mágicamente, se necesita determinación y trabajo, y es así como Melvin Osael, a pesar de la pandemia por la emergencia del Covid-19, continúa sus labores como estudiante en la granja del Complejo Educativo Caserío La Chorrera, municipio Villa San Antonio, del departamento de San Miguel.
A sus 17 años, Melvin está claro que su sueño es ser Agrónomo, y para ello debe trabajar fuertemente para culminar el grado académico que lo acreditará como bachiller técnico vocacional agropecuario.
«A mí me gusta el área agropecuaria, sembrar plantas y cuidar animales», afirmó Melvin, quien se levanta muy temprano para iniciar sus labores asignadas en la granja: «Nos turnamos, alrededor de cinco jóvenes venimos a cuidar a los animales, otros a las plantas; acá tenemos pollos, cerdos, conejos, codornices y tilapias», explicó.
El Complejo Educativo Caserío La Chorrera cuenta con 351 estudiantes matriculados de parvularia hasta bachillerato y es liderado por Marta Lidia Martínez de Rivera, quien junto al grupo de docentes y padres de familia se han esforzado por mejorar las condiciones que ofrece la institución a los 46 jóvenes inscritos en el bachillerato Técnico Vocacional Agropecuario.
«Gracias al Ministerio de Educación nos aprobaron el pago de dos agrónomos y nos han dotado de un equipo técnico para pelar pollos, nos van a dar una picadora de zacate, desgranadora de maíz, molino de martillo, incubadora, peletizadora para elaborar concentrado, achicadora para agua, tanque de 5 mil litros, congelador de 26 pies y un envase térmico para resguardar el semen de inseminación para los cerdos», aseguró la directora Martínez de Rivera.
Los sueños de Melvin son construidos sobre acciones concretas: estudio y trabajo duro. «Mi experiencia laboral en el bachillerato agropecuario es amplia, he aprendido a cómo cultivar y cuidar las plantas y animales, debemos darle un mantenimiento necesario para aplicarle todos los sistemas orgánicos y todo lo que se ocupa para una planta, he aprendido acerca de cómo cuidar a los animales y cómo aplicarle sus vitaminas, cómo cuidar un cerdo, un conejo, cómo atenderlos en un parto», comentó con mucho entusiasmo mientras preparaba el alimento para los cerdos.
Melvin, como el menor de seis hermanos, asegura que «mi meta es ser un agrónomo para servir más a mi comunidad y llevarles asistencia técnica a los agricultores de nuestro municipio», acción que en la actualidad realiza como miembro del complejo educativo ya que, «hay mucha gente que les gusta cultivar y nos piden que les demos asistencia técnica, y con mucho gusto lo hacemos, nos gusta servir a la gente y queremos aprender más para servir a nuestro municipio, a nuestra comunidad y seguir sirviendo a todos en el área agropecuaria», aseveró.
Ante ello, Martínez de Rivera, asegura que «el bachillerato surgió en el 2014 con la idea de ayudar a los jóvenes de la comunidad a producir lo que consumen, y hemos logrado que la comunidad salga beneficiada, ya que cuando se produce se le da a menos precio de como está en el mercado».
La directora agregó que, la granja y el huerto escolar son un recurso didáctico en el que se involucran a todos los estudiantes del resto de niveles educativos, «de parvularia hasta tercer ciclo, según nuestra planificación, hemos ajustado una hora semanal para que los jóvenes asistan a la practicas agropecuarias y puedan crear conciencia en ellos y en la familia de nuestra comunidad que el bachillerato es bueno», comentó mientras explicaba cada uno de los logros del complejo educativo
Desde sus inicios y actualmente, la agronomía es fundamental para el desarrollo y crecimiento económico de las comunidades del país, así también, en el futuro será la fuente principal para la producción de bienes y servicios agropecuarios. De ahí que, los ingenieros agrónomos son los encargados de intervenir en las cadenas productivas y en la preservación de los recursos naturales utilizando una visión integral y sustentable. Y es hacia eso, que Melvin apunta su esfuerzo, trabajo y dedicación para lograr su sueño: ser un agrónomo.