«Mi primer día de clases ha sido un poco extraño», aseguró Carlos Ernesto, un joven estudiante de segundo año de Bachillerato General, del Complejo Educativo Católico Luisa de Marillac, ubicado en Santa Tecla, La Libertad, quien explicó que su regreso a clases fue diferente porque, según él, «estaba acostumbrado a la manera digital, ya que el año pasado fue todo digital y, pues, el venir ahora fue muy bueno», comentó.
Los estudiantes salvadoreños volvieron a las aulas tras las vacaciones de Semana Santa, el pasado 6 de abril, luego de que la Ministra de Educación, Carla Hananía, y el Ministro de Salud, Francisco Alabí, dieran inicio a las jornadas de vacunación del cien por ciento de los profesores de los centros educativos públicos e instituciones educativas privadas del país.
Nueve estudiantes de segundo año de Bachillerato General, incluido Carlos Ernesto, fueron los que asistieron al primer día de clases, luego de cumplir con el protocolo de medidas de bioseguridad dirigido por autoridades del Complejo Educativo para ingresar a las instalaciones que lucían totalmente limpias.
«Me siento mejor porque hace mucho que no veía a la mayoría», dijo Carlos Ernesto, al referirse a sus maestros y a sus compañeros, que ese día se presentaron con su uniforme de camiseta y pans de color azul.
Con el entusiasmo que caracteriza a los chicos de esa edad, Carlos Ernesto se refirió a las medidas de seguridad presentadas por la escuela, y dijo: «Las medidas son las que hemos llevado durante toda la cuarentena: la sanitización del equipo, ya sea pupitres o escritorios; al comer, lavarse las manos o ponerse alcohol gel; estar distantes y no olvidar que cada quien trae su equipo de limpieza», recalcó.
Por su parte, Sor Morena del Carmen Ramos Hernández, directora del Complejo Educativo Católico Luisa de Marillac, destacó que la organización del Regreso a Clases «ha sido un trabajo muy arduo con todos los maestros, porque hemos tenido que limpiar toda la escuela para que vinieran los alumnos», que se estima asistan a clases semipresenciales un poco más del 50 por ciento, de un total de 680 estudiantes matriculados de Kínder a Bachillerato.
Muy orgullosa, la directora comentó que, «el día martes (que recibimos a segundo ciclo) venían muy contentos los alumnos y los padres de familia, muy seguros de ver las medidas y la acogida que les damos a los chicos».
De ahí que Sor Morena explicó que «los alumnos reciben una vez a la semana la clases presenciales»; es decir que Primer Ciclo asistirá los días lunes; Segundo Ciclo, los martes; Tercer Ciclo, los jueves; y Kínder, Preparatoria y Bachillerato, los días viernes. «Siempre se siguen dando las clases por plataforma, todas en línea, se utiliza Google Classroom, Zoom, WhatsApp y se entregan guías A medida pasa el tiempo, nos vamos adaptando al nuevo sistema de educación», aseveró la directora.
Para Carlos Ernesto, recibir las clases de forma presencial es necesario, ya que, según él, «la comunicación es muy diferente, en cuanto a una explicación de matemática es mucho mejor tenerla presencial y ver la pizarra, y que el profesor pueda contestar la pregunta en una exposición a que simplemente hay un trabajo en equipo».
El joven agregó que «la atención en un aula es mucho mejor que digital porque también hay que pensar en las personas que no tienen facilidad para tener internet o ciertos dispositivos tecnológicos; por ejemplo, hay alumnos que no tienen internet y tienen que conectarse mediante datos, lo cual lo hace más difícil, así que siento que la modalidad semipresencial es algo que va a beneficiar a muchos», dijo.
El mismo día que asistieron los alumnos de Bschillerato, también se presentaron los infantes de Kínder y Parvularia, a pesar de que Graciela Cornejo, maestra de Kínder 5, solo atendió a dos niños,, de 22 matriculados, en ese nivel educativo. De ahí que con mucho entusiasmo comentó: «Me he sentido bien, pero quisiera que se incorporaran más niños porque ahora es el período de adaptación. La decisión de enviar a los niños es personal, pero nosotras las maestras estamos haciendo todo lo posible para seguir atendiéndolos de la mejor manera y nunca vamos a poner en riesgo a los niños», acotó.
Y así como muchos padres han decidido enviar a sus hijos a clases, Diana Mendoza, madre de dos estudiantes, uno de cuarto grado y otro de primer año de Bachillerato General, coincidió con Carlos Ernesto, ya que manifiesta: «Me ha aparecido muy bien, ya que mis hijos tienen mucho tiempo de estar en casa y no es lo mismo estar a través de una video llamada a estar directamente con el maestro».
Muy segura de la decisión tomada, Diana dijo: «Mi hijo vino el martes y, realmente, iba feliz, iba contento por volver a ver a sus maestros, a sus compañeros y me parece muy bien todas las estrategias que ha utilizado la escuela. Para tomar la decisión que vinieran a la escuela, primeramente hablé con ellos del tema sobre lo que ha pasado en la pandemia y las medidas de seguridad y sí, realmente ellos querían venir, y finalmente mi decisión fue enviarlos, siempre y cuando ellos mantuvieran todas las precauciones, ya sea en la calle o en la escuela».
Así también comentó Carlos Ernesto, acerca de la decisión de asistir nuevamente a su escuela: «La decisión de venir acá la tomaron mis padres junto a mí, ya que es mi último año y pensaron que es mejor que reciba la educación semipresencial». No obstante, ese día asistieron nueve de 30 estudiantes matriculados en el último año de Bachillerato General, pero los docentes esperan que, poco a poco, los niños y jóvenes se integren a la escuela porque la educación sigue.
