Clara Catalina Umaña Ayala, maestra con 28 años de servicio que trabaja en la Escuela de Educación Especial de San Vicente, es una de los más de 46 mil docentes del sector público que han estado trabajando desde sus casas, combinando las clases que imparte a sus alumnos con su formación académica, pues ella también estudia y, además, realiza las tareas de su hogar.
«Todos los días me levanto a las 5:30 de la mañana, hago los oficios, después desayuno y me preparo para las clases que nos están impartiendo del Ministerio de Educación; luego chateo con los niños, las clases se las imparto por WhatsApp y también les envío las tareas. Lo bueno de esto es que los papás se están incorporando a las tareas de sus hijos, les ayudan y están pendientes», expresó la docente.
La maestra Clarita menciona que lo que la motiva a seguir con las clases es que «los niños aprendan; son diez estudiantes los que atiendo, niños con diferentes discapacidades, todo es por medio de guías y, también, para que los papás no gasten les dejo que trabajen con periódicos o revistas; por ejemplo, les pongo que busquen el abecedario, palabras, números, que las recorten y las peguen». Asimismo, la docente manifiesta que «las clases virtuales no han sido difíciles, pues contamos con la colaboración de los papás. Recordemos que ellos trabajan de una forma diferente, pero se debe de tener paciencia y, en una escuela de Educación Especial, lo que más se requiere es la paciencia y ahora los papás también deben tenerla. En ese sentido, los papás de mis alumnos me han respondido, siempre me están escribiendo, me preguntan sobre las clases, me mandan videos de los niños haciendo las tareas».
«Yo estoy disponible a toda hora. Como no salimos, a toda hora les respondo sus preguntas o alguna duda que tengan, pero también me hace falta ir a la escuela», señala.
Clarita, aparte de ser docente, es madre y, a pesar que sus hijos ya son mayores, todos los días se comunica con ellos. «Tengo dos hijos uno de 24 y otro de 21, desde mi casa hablo con ellos; estamos lejos, pero siempre les paso contando todo lo que trabajo y hago con ellos (los estudiantes)».
El año escolar 2020 es muy particular; desde marzo, a raíz de la pandemia del covid-19, las puertas de los centros educativos tuvieron que cerrarse para resguardar la salud de los estudiantes y del personal docente y administrativo, pero eso no ha sido un obstáculo para que los estudiantes continúen con su formación académica.
Los docentes han tenido que apoyarse de diferentes herramientas tecnológicas y también de las guías escolares que ha puesto a su disposición el Ministerio de Educación (MINED). Es importante reconocer que los maestros han puesto su mejor empeño y creatividad para que los estudiantes tengan a su alcance «el pan del saber».