Tanto Isidro, alumno de Primer Grado del Centro Escolar Caserío El Izote, como Dafne, alumna de Segundo Grado en el Centro Escolar Católico San Bonifacio, llegaron con mucha emoción junto a sus padres para retirar sus dispositivos tecnológicos. Al igual que ellos, decenas de estudiantes del municipio de Huizúcar, La Libertad, también se presentaron en la sede de entrega.
Gracias a la iniciativa del Gobierno del Presidente Bukele a través del MINED, ahora ser un estudiante matriculado en una escuela del sector público es un gran beneficio para poder recibir un dispositivo digital según el grado cursado. Por ello, en esta ocasión, Isidro y Dafne fueron parte de los estudiantes favorecidos en recibir modernas tablets como parte de la millonaria inversión que realiza el Gobierno para modernizar el sistema educativo público.
Isidro acaba de cumplir 7 años, pero su corta edad no le impidió que con gran habilidad encendiera su nueva tablet para empezar a utilizar los diferentes juegos con contenido educativo que le permitirán fortalecer la lectoescritura y el cálculo matemático básico.
«Todos lo decimos, pero aun así me parece increíble la facilidad con la que mi niño maneja los celulares, las computadoras y ahora su nueva tablet. Yo jamás hubiera podido comprarle una así a Isidro, ni una computadora a mi otro hijo que está en Primer Año de Bachillerato», aseguró la mamá de Isidro, Jasmín Sarahí Aguirre, refiriéndose al beneficio recibido mediante el programa Enlaces con la Educación para dar paso a la inevitable adaptación tecnológica de las futuras generaciones de salvadoreños que se forman en las escuelas públicas.
«Es una gran oportunidad para todos los estudiantes y una gran bendición que nos está dando nuestro Gobierno, ya que ningún Presidente había hecho esto y Dios ha puesto esta bendición en su corazón», aseguró Jasmín.
Las tablets, al igual que las computadoras, brindan accesos a procesos de aprendizajes modernos más allá de los libros tradiciones. Además, los dispositivos son para uso personal de los estudiantes y le pertenecen a cada uno. Esto quiere decir que no las tienen que dejar en la escuela; su compromiso y responsabilidad es cuidarlas.
Estudiar en una escuela pública, recibir tablets y llegar junto a sus madres no fueron las únicas coincidencias entre Isidro y Dafne, sino la felicidad en sus rostros. Con un solo toque de las pantallas, ambos infantes sonreían y descubrían las 15 aplicaciones que trasladan al mundo de las matemáticas, de la literatura, de la lógica y de la ciencia.
«Ya encontré un juego para aprenderme las tablas de multiplicar», dijo Dafne mientras su mamá, Dora Alicia Palacio de Hernández, agradecía por las promesas cumplidas por el Gobierno de Bukele:
«Veo que es una realidad porque lo estamos viendo. Me siento muy alegre porque nunca nos habían dado algo así para que los niños sigan estudiando (…) A mi hija mayor también le dieron una computadora que le motiva a seguir estudiando… Y es que ningún gobierno se había preocupado por la educación de nuestro país. Ahora es una gran bendición para todos tener tablets, computadoras e internet».
Los dos pequeños regresaron a sus respectivas escuelas para continuar las clases del día, pero a la vez, ambos iban con la ilusión de llegar pronto a sus casas para cargar sus nuevos dispositivos digitales que no son sustitutos de los docentes, sino herramientas de apoyo pedagógico para garantizar su formación educativa y su futuro.