Son las 6:30 de la mañana, el sol aún está en el horizonte, la bocana de la Puntilla, situada a 75 kilómetros de San Salvador, en el municipio de San Luis La Herradura, departamento de La Paz, tiene la marea alta, y es el punto de salida de docentes comprometidos… Uno a uno, los educadores se concentran en la playa para embarcarse en la lancha. El trayecto hacia la isla Tasajera dura alrededor de diez minutos; es la única vía para llegar a ese paraje costero, donde se asienta la comunidad del cantón San Rafael Tasajera.
La vocación por educar no tiene obstáculos, sino caminos para compartir el conocimiento. Así lo demuestran los cinco maestros que dan clases en el Centro Escolar Cantón Isla Tasajera. Al otro lado, los esperan los 210 alumnos que estudian desde Parvularia hasta 9º grado. Es una comunidad dedicada a la pesca y el turismo.
La directora del referido centro escolar, Glenda Olmedo, tiene 22 años de docencia; su esfuerzo lo resume así: «La verdad, es una alegría venir, trasladarme en lancha todos los días, aunque no pueda nadar, pero ya superé el miedo de viajar de esa manera y llegar al muelle donde los niños nos reciben con abrazos cada mañana (…) es una pasión venir a trabajar por el amor que yo le tengo a mi escuela y a mis estudiantes».
Según la experta en educación, Hilda Fingermann: «Tener vocación de docente es contribuir al desarrollo social del alumno, tener comprensión y paciencia; es amar a los niños y adolescentes, conocer sus limitantes y sus expectativas». Bajo esta premisa es que los educadores viajan, de lunes a viernes, a su centro educativo para dar lo mejor de sí, con el fin de que los estudiantes logren sus metas.
Las anécdotas son variadas, pero el propósito es el mismo. La docente Claudia Barillas se traslada desde San Pedro Nonualco, mientras que el maestro Carlos Vásquez, desde Santiago Nonualco; ambos coinciden en su esfuerzo de madrugar y de movilizarse a la isla, con la misión de llevar el pan del saber. «Para mí, lo importante es venir y enseñar a mis niños de Parvularia (…) la bocana de la Puntilla es la única vía de acceso, y ya nos acostumbramos a esta travesía», expresó la maestra Barillas. Por su parte, el docente Vásquez, quien imparte la asignatura de Sociales, dice que «la inversión en transporte se traduce en la satisfacción de educar a niños de la isla».
“¡Buenos días!”, dicen al unísono los alumnos. En este centro escolar se les enseñan valores y conocimientos, se descubren habilidades y destrezas a través de actividades recreativas y socioemocionales. La maestra Vanessa Hernández está capacitada en las materias básicas y le gusta dar clases en esta comunidad. «Mi clase es de forma personalizada, conozco de dónde vienen mis alumnos y, por eso, les dedico más tiempo y amor (…) no quiero que mis alumnos sean —en el futuro— lancheros o pescadores; quiero que piensen en grande, en ser profesionales», aseveró la maestra residente en Zacatecoluca.
En cada aula se desprende alegría y el bullicio de los estudiantes. El profesor Pablo Amaya imparte Matemática y su vocación de educar la demuestra en la pizarra: «Aquí se descubren las habilidades en sumar, restar y multiplicar (…) ellos usan la lógica de razonamiento y quiero dejar ese legado en esta comunidad, con niños preparados para la vida», manifestó.
El Centro Escolar del Cantón San Rafael Tasajera tiene todos los recursos educativos que otorga el Gobierno de la República. Los docentes y estudiantes tienen sus computadoras portátiles, conexión de Internet, libros de textos, las libretas “Crecer Juntos” (para Parvularia), alimentos y una infraestructura adecuada. Herramientas que sin duda alguna contribuyen a fortalecer el aprendizaje del estudiantado de la isla Tasajera.