Más de mil estudiantes, personal docente y administrativo del Centro Escolar Modesto Barrios, ubicado en la ciudad de Aguilares, al norte de San Salvador, disfrutarán de un ambiente agradable y seguro tras el arduo trabajo que realizan 18 privados de libertad asignados por la Dirección General de Centros Penales, del Ministerio de Justicia, como un apoyo al Ministerio de Educación (MINED).
Limpieza de techos, canales, canaletas, cajas de aguas lluvias, chapoda de zonas verdes, poda de árboles y ramas que puedan generar daños, pintura de aulas y espacios complementarios, limpieza de servicios sanitarios y reparaciones en general, son algunas de las actividades que realizan los privados de libertad para crear ambientes seguros y agradables en las escuelas públicas.
Este esfuerzo contempla a 260 centros educativos a nivel nacional que serán intervenidos con la transferencia de fondos GOES y con apoyo del Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local, FISDL.
En el C.E. Modesto Barrios, el profesor Santos Cresencio Villagrán Sánchez ha sido asignado para supervisar el trabajo que realizan los privados de libertad en fase de confianza y asegura que, «fue una sorpresa muy agradable cuando el MINED se contactó con la directora, Nora Hernández, y le dijeron que había un proyecto en el que incluía un bono por 5 mil dólares para la compra de pintura y otros materiales con los que se arreglaría la escuela».
Villagrán, quien es profesor de Educación Física, asegura que antes del inicio de cada año lectivo, «el mantenimiento se hacía con el apoyo físico y económico de padres de familia, pero ahora son 18 jóvenes que están trabajando desde las 8 de la mañana hasta las 4 de la tarde, pensando en el bienestar de nuestros chicos».
Con el propósito de mejorar el proceso de enseñanza aprendizaje entre docentes y estudiantes, el Gobierno de El Salvador ha priorizado mejorar las condiciones de las escuelas a través del trabajo coordinado con otras instituciones, es así como el Ministerio de Justicia realiza un censo de privados de libertad que presentan buena conducta, que tienen la capacidad para poder trabajar y que, además, tienen la confianza para efectuar trabajos en centros escolares.
Los privados de libertad que trabajan en las 260 escuelas del país, provienen de la Granja Penitenciaria de Santa Ana, del Centro Penitenciario La Esperanza, en San Salvador, y la Granja Penitenciaria del departamento de La Paz.
Finalmente, el profesor Villagrán dio las gracias al Ministerio de Educación y a Centros Penales «por habernos mandado estos jóvenes que están en fase de confianza a hacer trabajos de limpieza y reparación que tanto necesitan nuestras escuelas, más después de la pandemia que estamos viviendo».