Elizabeth Armida García López es una docente que labora como directora interina en el Centro Escolar Salomón Cañas, ubicado en el municipio de Candelaria de la Frontera, departamento de Santa Ana. A pesar de la pandemia, la profesora no ha paralizado sus actividades administrativas para que los 21 maestros que laboran en su escuela trabajen desde sus casas e impartan sus clases virtuales a los más de 600 estudiantes inscritos en su escuela.
El 2020 ha sido uno de los años más difíciles para la población a nivel mundial, y así también para la comunidad educativa salvadoreña. Los retos que ha puesto la pandemia para que los docentes continúen preparándose, son enormes. No obstante, La seño Elizabeth, como le dicen sus compañeros de trabajo, decidió junto a cuatro maestros del centro escolar, inscribirse en el Diplomado “Cultivando Huertos Escolares y Competencias Productivas”.
«Toda la vida me ha encantado sembrar hortalizas, por lo que solicité al Ministerio de Educación que nos prepararan sobre los huertos escolares, nos asignaron cinco cupos para los docentes que trabajan en la asignatura de Ciencias en los diferentes ciclos», comentó la profesora García quien durante casi tres meses ha dedicado tiempo los fines de semana no sólo para recibir clases teóricas sobre los huertos, sino que ha creado su propio huerto en casa.
«Por estar en el diplomado recibí el Kit de huertos escolares, con ese estamos poniendo en práctica lo aprendido. Nos dieron semillas de rábano, ayote, tomate, chile y también hicimos fertilizantes con cáscaras de guineo y plátano», comentó la docente, quien con gran entusiasmo mostraba su huerto.
A pesar de que la profesora García tiene conocimientos sobre la reproducción de algunas hortalizas y frutas, asegura que el diplomado ha ampliado sus conocimientos: «ahora hemos conocido más sobre los huertos, tenemos el escolar, el familiar, el comunal, y entre esos tenemos diferentes formas en las que se puede sembrar, es decir en eras, vertical y en surcos. Ahora sé cómo se cuida cada uno, cómo combato las plagas y hasta puedo hacer abono orgánico, sin olvidar el cariño que se le da a la planta porque también lo necesitan».
«Nuestra escuela no es grande, por lo que vamos a trabajar el huerto de forma vertical, con botellas plásticas ubicadas en la orilla de la pared, así como con eras y surcos en los arriates que tenemos… ahí vamos a echar andar en el 2021 nuestro huerto escolar», aseguró la docente, quien agregó que «en enero revisaremos el proyecto para pulirlo y mejorar todo lo que hemos planteado para el huerto escolar y que primero Dios será un éxito, porque si nos encantan las plantas y les dedicamos el tiempo que necesitan, todo fluirá».
El 2020 ha sido duro al igual que la tierra donde está ubicado el centro escolar, pero la profesora Elizabeth Armida García López no duda de que el huerto del Centro Escolar Salomón Cañas será un ejemplo para que los alumnos lo practiquen en casa y tengan sus propias hortalizas: «tenemos un trabajo duro, pero con amor y querer lo vamos a hacer».
Los huertos escolares no sólo representan una forma de contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional de los estudiantes y sus familias, sino también un modelo que debe adaptarse a las nuevas estrategias en medio de la pandemia para garantizar espacios que garanticen que estudiantes y docentes se mantengan en grupos pequeños, evitando el contacto entre ellos y haciendo un mayor uso de los espacios externos de cada escuela, y así evitar que contagien con el virus que hasta la fecha ha mantenido cerradas las aulas de las escuelas.