El arte es una forma de expresión que aporta muchos beneficios a los niños, a través de él se pueden comunicar pensamientos, ideas, emociones y sentimientos, utilizando medios como la pintura, el dibujo, la música, la danza, la literatura, entre otras manifestaciones artísticas, y eso muy bien lo sabe Elsa María Aragón Martínez, estudiante de cuarto grado del Centro Escolar Católico San Vicente de Paúl, en Santa Ana.
Desde pequeña, a Elsa le gusta el arte, específicamente la pintura, el dibujo y la música, este último don le permite interpretar lindas melodías con la flauta.
La estudiante comenta que todo empezó cuando inició la escuela, específicamente en primer grado, «cuando gané un concurso, al dibujar a San Vicente de Paúl. Ahí fue cuando me motivé a seguir dibujando».
«Algunas pinturas las he realizado porque mi mamá tiene muchos videos de esos y ahí he aprendido otras técnicas. Me gusta la de pintar en rayitas del artista Vincent Van Gogh, por eso pinté el cuadro La noche estrellada», señala Elsa María.
Con una sonrisa, que resalta sus hermosos camanances, la pequeña expresa el porqué de su amor por el arte: «Siento que me da paz cuando lo realizo, me da mucha felicidad y siento que ando volando; cuando pinto, me relajo, y por eso cuando estoy estresada siempre me pongo a hacer esto para relajarme».
Elsa María manifiesta que, para lograr todo este aprendizaje, ha contado con el apoyo de sus padres y de su abuelita, quienes atesoran cada una de las obras de arte y la motivan mucho a seguir adelante. «Ellos también me compran pinturas cuando necesito para decorar».
Rafael Aragón, padre de Elsa, recuerda cómo ella, desde pequeña, ya demostraba su pasión por el arte: «Todo empezó desde los dos años, le empezamos a llevar libritos para colorear y nos fijamos que rápido los terminaba, nos pedía más, al igual que los colores y crayones, pasaba horas entretenida».
«Con el tiempo, ya mejor le daba las páginas de papel en blanco y le decía hoy, vos vas a hacer los dibujos que vas a colorear; así estuve como tres años, hasta que llegó al kínder. Ya en primer grado hubo un concurso de dibujo y ella ganó, la niña no lo podía creer y, al contarnos, nos dijo que hasta sintió ganas de llorar; igual nosotros, sentimos una emoción inmensa», acota el orgulloso padre.
Al ver el talento de su hija, Rafael comenta que la enviaron «a una escuela de dibujo, donde estudió cerca de dos años, y luego asistió a la casa de la Cultura de Santa Ana para reforzar su aprendizaje. Además del dibujo, en la escuela le han enseñado un poco de música; ella toca algunas melodías con la flauta».
«Además, nosotros le mostramos videos de artistas para que se inspire y tome ideas y la apoyamos con lo que necesita: notas musicales, pinturas, papel, lienzos; así la hemos estado apoyando y ella deja correr su imaginación», expresa Aragón.
Asimismo, el padre de Elsa María cuenta cómo en este período de la pandemia «ella entró en una crisis, sentía ansiedad y ganas de llorar y, de ahí, para que se entretuviera, nace la idea de pintar las piedritas que tenía mi esposa. Gracias a la ayuda de la pintura, lo superó, se desahogó bastante y sentimos que le ha ayudado en su actitud y en su comportamiento. Liberó toda esa presión».
«Ahora, en la cuarentena, empecé a pintar piedras. Mi mami tiene muchas piedras, a ella le gusta andar recogiendo para decorar; además, vi videos donde me motivé más y me ha dado algunas para pintarlas. Ya estoy pensando en venderlas, también estoy haciendo cactus para ponerlas en botecitos decorados», expresa la estudiante.
Rafael Aragón insta a los padres de familia a que «den todo el apoyo a sus hijos, si ellos ven que tiene un talento, ya sea en música, dibujo, inglés, etc. Mi consejo es que los apoyen al máximo, que les dediquen tiempo porque, cuando uno los apoya, ellos se motivan más. En nuestro caso, nosotros le aplaudimos, la felicitamos y ella se siente motivada para hacer las cosas mejor».
«Vean la habilidad que tienen sus hijos e incúlquenle a ser mejor cada día en ello, y, de ser posible, pónganlo en una escuela especializada en su talento, para que lo desarrolle al máximo», añade el padre de la estudiante.
Finalmente, Elsa María dice sentirse muy feliz «porque estoy expresando mi arte a muchas personas y le digo a otros niños que compartan su arte y que sigan adelante para realizar lo que les gusta».