Imaginar, crear, analizar, enriquecer el vocabulario son algunos de las capacidades y conocimientos que adquieren los estudiantes, al fomentarles el hábito por la lectura; por ello, cada vez más, los docentes buscan diferentes estrategias y metodologías para crearles ese hábito desde temprana edad.
Emérita Solórzano, docente de segundo grado del Centro Escolar Caserío Las Arboledas, en La Libertad, conoce de primera mano la importancia de desarrollar esta práctica desde pequeños, pues «a través de la lectura, el niño despierta su motivación, interés y la imaginación; ellos se trasladan a ese mundo del cuento, y también les ayuda a mejorar la expresión. Es por eso que dedico diez minutos para la lectura todos los días».
«Esto es muy importante porque, si desde pequeños nosotros les vamos inculcando la lectura, ya de adultos les va a gustar leer. Yo todos los días les digo que, si leemos, vamos a mejorar nuestro vocabulario, nadie nos va a mentir porque vamos a actuar por los conocimientos que tenemos; pero si no leemos, cualquiera nos puede decir cosas que no son verdad», agregó la educadora.
Por su parte, Nelson Cristales Barraza, estudiante de segundo grado manifestó su satisfacción por estar aprendiendo este hábito e instó a otros niños a que lo hagan: «Me parece que nos motiven en la lectura, es excelente porque aprendemos mucho, nos dejan buenas moralejas; pienso mucho en las imágenes cuando me lo está contando la señorita y les digo a otros niños que lean todos los días para activar su cerebro».
Asimismo, la estudiante Nathaly Jiménez dijo que «le parece bien (leer todos los días) porque cada día estoy aprendiendo más y me ayuda a imaginar, y yo invito a otros niños a que lean y que no pasen mucho en los videojuegos o tablets para que así aprendan más».
«Me gusta la lectura porque me ayuda a imaginar y los invito a leer cada día para así aprender más», acotó el estudiante Giancarlo Ramírez.
La lectura también abre una serie de oportunidades y «si, desde pequeños, nosotros los motivamos, los niños van a ser grandes pensadores de adultos, unos entes críticos y analíticos. Ahí están las herramientas, no las usemos para bajar juegos que no traen nada de beneficio, sino, al contrario, utilicemos la tecnología para cosas buenas, para que el niño aprenda», señaló la docente Solórzano.