Guiado por su bastón y por un oído muy listo para descifrar todo tipo de ruidos, Oscar Bonilla se desplaza en bus todos los fines de semana, desde Soyapango hasta Nejapa, para llegar a las aulas del Instituto Nacional Juan Pablo II, donde realiza sus prácticas pedagógicas en la asignatura de Estudios Sociales.
Su meta está a punto de cumplirse: certificarse como docente tutor del Programa Modalidades Flexibles. El hecho de siempre cuestionarse sobre las dificultades a las que se enfrentan las personas con discapacidad visual, lo motivó a convertirse en maestro, en uno con discapacidad visual.
En la Universidad Nacional de El Salvador obtuvo su título como Licenciado en Ciencias de la Educación, carrera que comenzó a ejercer en el Centro Escolar para Ciegos Eugenia Viuda de Dueñas, donde antes había sido alumno.
Al haberse abierto puertas por medio de la educación, quiso dar un paso más: ser tutor de personas con sobreedad, con diversas causas de abandono escolar y sin discapacidad visual.
En el aula, el cansancio y la distracción de sus alumnos se desvanecen cuando está frente a ellos con su bastón, y con el apoyo de unos creativos carteles que ha preparado para su tutoría.
«Uno de los retos ha sido la planificación. Nosotros todo lo tenemos que hacer por computadora; como personas con discapacidad visual, tenemos un programa que se llama JAWS, con el que la computadora nos habla», relata, antes de ingresar a dar su tutoría sobre los «Derechos Humanos», para la cual alistó carteles y dinámicas con el apoyo de alguien más.
A diferencia del resto de sus compañeros, que también aspiran a convertirse en tutores, él tiene que esforzarse el doble.
Esta es su última práctica en el aula, luego de haberse apropiado del modelo pedagógico de las Modalidades Flexibles y de haber cumplido con un proceso formativo, que estuvo orientado en fortalecer su desarrollo profesional para garantizar por medio de sus tutorías un servicio educativo de calidad a los jóvenes y adultos que atienda.
Eso implicó 32 horas de jornadas presenciales (con metodología teórica-práctica), 62 horas de aprendizaje autónomo y virtual, y seis horas de desempeño pedagógico demostrativo en el aula.
Su tutoría da inicio con carteles con fragmentos sobre los «Derechos Humanos», que sus alumnos le ayudan a pegar en la pizarra.
«Buenos días», dice Oscar con mucha energía, tanto así que logra captar la atención de todos en el aula. Él trabaja sus tutorías con bastante interacción con sus alumnos (todos videntes), algunos son jóvenes y otros adultos, son 25 en total.
Todos están allí cursando el primer año de Bachillerato bajo la modalidad semipresencial, con la estampa en común de volver a clases, luego de varios años sin estudiar por dedicarse a trabajar o por embarazos a temprana edad.
«A mí me interesó esta certificación porque es para (atender) jóvenes que debemos retener en el centro de estudio, a través de una motivación diferente y que los podamos insertar en el sistema educativo; y que ellos puedan terminar sus estudios hasta Bachillerato», comenta, mientras sus alumnos trazan con sus pupitres los límites de grupos para trabajar el tema de la tutoría.
Entre los aprendizajes asimilados por Oscar destaca la «metodología del aula invertida», en la cual el protagonista del proceso es el estudiante, para desarrollar sus habilidades. Esto le ha demandado hacer uso de las nuevas tecnologías.
Sus alumnos están acostumbrados a recibir todos los lunes, por Whatsapp, videos en los que aparece «el Profe Oscar», que él prepara con ayuda para que sus alumnos (durante la semana) se orienten en el tema que van a discutir los sábados.
«Es una persona que, a pesar de que tiene una discapacidad, vemos su intención; él viene bien preparado, es súper dinámico. Siempre nos ayuda, eso nos genera confianza para preguntarle. Las respuestas que él nos da son bastante concretas», dice Luis Alberto Cruz, de 34 años, quien se esfuerza por completar los estudios de Bachillerato motivado por el ejemplo Oscar.
Agrega que la forma en la que imparte su tutoría ha provocado que, de todas, Estudios Sociales sea su asignatura favorita. «Hay muchos que tenemos todas las capacidades para poder salir adelante y, a veces, no lo hacemos. Al verlo a él nos inspira y eso nos motiva. Mi meta es ir a la universidad para tener un mejor trabajo», reflexiona Luis Alberto.
A medida transcurre la tutoría, Oscar saca apoyos pedagógicos para lograr que sus alumnos profundicen en el tema. Ha llevado paletitas hechas en colores distintos y una caja que presenta como «la caja del conocimiento». De forma voluntaria, los alumnos pasan, toman la paletita o caja y sacan una pregunta relaciona al tema «Derechos Humanos».
Wendy Vides es una de las alumnas participantes. Con 17 años y un hijo, su meta es sacar el Bachillerato para conseguir un buen trabajo, para tener un buen futuro. «Cuando me di cuenta del programa (Modalidades Flexibles) vi una oportunidad para poder superarme. Para mí fue una sorpresa ver (a Oscar) siempre que él nos enseña, se nos quedan las cosas. La creatividad que él tiene para desenvolverse, para tratarnos, nos empuja a desarrollarnos bien, a estar atentos», dice.
Con esta tutoría, Oscar concluye su práctica en el aula. Desde ya, espera que sus alumnos sigan sus pasos: creer que entre la gente más se prepara, es mejor su condición de vida.
«Espero que ellos puedan ver que el que quiere puede, que barreras siempre van a haber. Depende de nosotros poderlas derribar para seguir adelante. Espero que algún día, cuando nos podamos encontrar en la calle, digan usted fue mi tutor y por esa inspiración estamos acá insertados en la sociedad», concluye.
El próximo 25 de febrero, Oscar Bonilla recibirá del Ministerio de Educación su credencial como docente tutor del Programa Modalidades Flexibles, él es el único con discapacidad visual del grupo y estará autorizado, por tres años, para ejercer como tutor de la asignatura de Estudios Sociales.
Sus próximos alumnos promediarán de 25 a 30, cada fin de semana; algunos serán jóvenes, otros adultos; durante 90 minutos, estos serán cautivados por un tutor con discapacidad visual que con bastón en mano y una pizarra llena de mucho conocimiento hace que Estudios Sociales sea de todas, la tutoría favorita en el aula.