Docentes bajo el proyecto «Soy Música», inician su quinta semana de formación en el curso de «Liderazgo musical comunitario», con el objetivo de promover el uso de este arte como una herramienta para la inclusión y la convivencia social, acción alineada con el Plan de Control Territorial.
«Este proyecto busca que los docentes descubran nuevas cosas, utilicen su cuerpo como instrumento y la música como herramienta pedagógica para estimular la creatividad, la inclusión y la armonía social, pues se práctica la convivencia», señaló Claudia Nieto, coordinadora del proyecto.
Las acciones desarrolladas incluyen creación de instrumentos musicales con elementos reciclados y la estimulación de la creatividad en la creación de ritmos con percusión corporal y la expresión de emociones, las cuales generan integración de una forma lúdica y amena.
«Qué bonito se ve, dicen los padres de familia, cuando los niños hacen música con maracas de bola de morro y con sus cuerpos; este es de los mejores proyectos donde hemos encontrado interesantes herramientas», comentó José Cándido Gómez, docente del Centro Escolar de Ereguayquin, La Unión.
Tras la capacitación, los docentes participantes deben realizar réplicas de las técnicas aprendidas con estudiantes de sus centros educativos, promoviendo la inclusión y la armonía social, construyendo así una cultura de paz, con lo cual se contribuye al rescate de los territorios.
«Los niños sentían que la sociedad les ponía barreras, hoy, los padres apoyan a los niños a través de la música donde podemos derribar juntos las barreras con proyectos como este», afirmó Irma Alfaro, docente del Centro Escolar para Sordos de Cojutepeque, Cuscatlán.
Bajo este proyecto, el Ministerio de Educación (MINED) ha formado a más de 100 docentes de centros escolares públicos y líderes comunitarios; quienes realizan actividades de convivencia escolar poniendo en práctica esta metodología que ha impactado a más de 20 mil estudiantes de 50 municipios de todo el país.
«Soy Música» es una iniciativa del MINED y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en alianza con Musicians Without Borders, quienes imparten la metodología desarrollada en otros países, adaptándola a la realidad nacional donde se utiliza la música como herramienta pedagógica.
